Ayer fuiumos con la flaca varios colegas a entrenar hasta el segundo pantano, es decir hasta el embalde del Guadalmellato. Les insisto un poco a los colegas y a trancas y barrancas les obligo a que asciendan conmigo hasta lo alto del cerro que hay despues de la presa. Al volver la curva despues de las dos fuertes repechones que hay nos hemos encontrado con un panorama ABSOLUTAMENTE DESOLADOR, no tenia idea de que el fuego del Muriano hubiese llegado hasta allí. Ostia que impresión me dió, ni un sonido de animales, ni pajaros ni insectos, nada de nada, solo olor a quemado. Allá donde mirases solo cenizas y silencio. No quise ver más y nos dimos la vuelta rapidamente.
Por lo menos las vistas de nuevo del embalse nos devolvió un poco la alegria, ya que se encuentra totalmente lleno, me resultó un poco chocante a estas alturas del verano.
Entre el fuego y las urbanizaciones poca vida le queda a nuestra sierra.